martes, 30 de junio de 2009

JORNADAS DE JAZZ, LOGROS Y TAREAS


Han concluido las Jornadas de Jazz Oaxaqueño, promovidas por un entusiasta grupo de músicos que desde el tesón y la necedad lograron involucrar a la Secretaría de Cultura para que les apoyase. Tres días en los que participaron Sutra Jazz, el cuarteto de Miguel Samperio, La Big Band que dirige el maestro Alberto Moreno, Nunduva Yaa, el cuarteto de saxofones Maximum Sax y la presencia de dos invitados: Javier Flores Mavil y Alejandro Marcovich.


El balance de estos tres días de festival resulta positivo, pese a que una vez más se hace evidente la falta de una organización más seria por parte de las instituciones. En esta oportunidad faltó mucha difusión (no hubo un solo cartel en las calles); la información de los boletines no fue siempre correcta y al final, por falta de elemental previsión, la lluvia ahuyentó a los espectadores del primer día de conciertos. Además, uno de los grupos originalmente anunciados ya no participó, al parecer por errores en la planeación del programa.


Como siempre, los músicos entregaron lo mejor de sí; quienes estuvimos presentes volvimos a emocionarnos con las variadas propuestas del jazz local. La escena va creciendo poco a poco y se consolida; es muy grato escuchar grandes maestros como Pablo Porras tocando con jóvenes de gran talento como Ornel Jiménez. Es muy grato ver que un proyecto ambicioso como la Big Band ha sobrevivido ya varios años. Resulta emocionante escuchar a un cuarteto de saxofones desafiar la tradición con gran desparpajo y sentido del humor. Es muy gratificante, finalmente, ver que la pequeña escena del jazz oaxaqueño acusa signos de identidad bien firmes.


Queda entonces el asunto de la relación artista-institución, con miras a futuras colaboraciones. Evidentemente falta mucho por hacer en ese campo. Hay buena voluntad, sin duda alguna, pero la buena voluntad no es suficiente cuando se trata de construir proyectos que tengan verdadero impacto social. Ya sea que se trate de organizar un festival, clases maestras, o un seminario completo, hay que tener en cuenta que la planeación es fundamental para obtener buenos resultados. Desde hace varios años se viene hablando de la necesidad de un conservatorio o escuela de nivel superior para Oaxaca. Pero mientras esto no sea una realidad, cada pequeño esfuerzo encaminado a enriquecer la educación de los músicos locales se torna de gran importancia.


Dejemos atrás entonces que estas Jornadas tuvieran un éxito modesto debido sobre todo a las fallas en la planeación y operación institucional. Dejemos atrás también el sobado consuelo al que somos tan afectos: “…bueno, por lo menos ya se hizo, ¿no?”. Caminemos en la construcción de proyectos sólidos, con el concurso de todos los interesados, es decir, instituciones, músicos y medios de comunicación, sin olvidar a la creciente comunidad de entusiastas espectadores que crece cada día, y que contra todo pronóstico siguen en busca de mejores sitios dónde escuchar jazz, de la visita de algún jazzista foráneo, siempre a la caza de nuevos sonidos.


Que Oaxaca merece un festival a la altura de cualquiera de los ya existentes en el país, de eso no cabe la menor duda. El dilema sigue siendo usar la imaginación, optimizar los recursos, asumir con seriedad la tarea. Puedo decir sin temor a equivocarme que los músicos de jazz están haciendo su parte; incluso, aquellos que desde afuera observan la cantidad de talento que tiene esta tierra, y que están dispuestos a sumar; es el caso de maestros como Víctor Rasgado, Alberto Moreno y ahora Javier Flores Mavil. Me parece, pues, que las condiciones son inmejorables para que inicie una nueva etapa en la relación músicos de jazz-instituciones. No dejemos que la euforia se nos enfríe. Comencemos la Jornada del dos mil diez desde ahora.

1 comentario:

  1. hola oxama
    muy buen comentario y atinado efectivamente
    a seguir trabajando y felicidades a los musicos de jazz oaxaqueños por estar en el renglon de esa labor... esperemos el jazz 2010

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