HISTORIAS SECRETAS (DE AMOR)

Esta semana quiero invitarlos a descubrir -o redescubrir, según sea el caso- uno de los discos más profundos, hermosos y conmovedores de la extensa obra del guitarrista norteamericano Pat Metheny. Se trata de "Secret Story", editado en 1992 y construido alrededor de una historia de amor, la del propio Pat con la guitarrista brasileña Shuzy Nascimento. Una historia como muchas, en las que el enamoramiento más arrebatador es el comienzo, y el final, una dolorosa separación. Enmedio, los días y los sueños vividos por dos que deciden hacerse uno y cierran los ojos y se lanzan sin red, esperanzados.

Historia íntima, personal, secreta para muchos; pero a la vez universal. ¿Quién no se ha enamorado desaforadamente? ¿Quién no ha perdido el seso, sumergido en la cálida luminiscencia de unos ojos, un cuerpo que se funde en el propio y nos ata y nos libera, nos vuelca y nos sumerge en un fuego abrasador, incandescente? ¿Quién entonces no ha tenido que decir adiós, ahogado en dolor, encarando lo incomprensible?

En ese adiós algunos alternamos estados en los que de repente chapoteamos en el cieno del sufrimiento; languidece nuestra alma, el cuerpo se embota; y luego la luz del recuerdo nos invade y al carcomernos nos alegra y nos calienta, al menos momentáneamente. Los tristes sueñan, los locos ríen, los genios escriben.

Obra personalísima, Secret Story es también un viaje por distintos territorios: Africa y sus tambores; Camboya y sus cantos ceremoniales; la América profunda; el jazz; la música de Brasil, tierra natal de la amada. La escritura es puntillosa, casi impresionista a veces, y la inclusión de la London Orchestra conducida por Jeremy Lubbock lleva estas composiciones a otro nivel. En palabras del propio autor, en Secret Story está "Parte de la musica más hermosa que he escrito jamás"

Dice Arturo Meza en una de sus canciones: "Amar es cosa fácil. Se puede uno morir". Pat nos lo demuestra con casi 100 minutos de música bella; música que habla con verdad y que traspasa las fronteras del dolor y de la pérdida para volver a plantar cara a la esperanza.

En cada historia de amor hay dos versiones. 

Pero, como tituló Pat Metheny a uno de sus temas:

The Truth Will Always Be.