Entablar un diálogo que sea profundo, rico y productivo no es cosa fácil; tiene que haber mucha disposición de los que charlan, sobre todo a escuchar al otro; la posibilidad de dejarse sorprender para luego enriquecer el diálogo y hacerlo crecer. Hablar así es una juego de improvisación de altos vuelos.
Y justamente eso es lo que nos proponen dos de las figuras más prominentes del jazz contemporáneo, quienes en el año 2014 se metieron a un estudio de grabación en Nueva York y conversaron, así, sosegadamente, con la sabiduría y la experiencia que dan los años.
Ahora nosotros seremos testigos de esta conversación, cuya luz nos llega a través del disco que hoy les ofrecemos.
Este programa, por cierto, está dedicado a María, por tantas conversaciones...
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