Dentro de las actividades celebradas en la segunda edición del Xalapa Jazz Festival, sin duda una de las más esperadas era la presencia del bajista y compositor italo-norteamericano John Patitucci, quien llegaba acompañado por Chris Potter en el saxofón y Rudy Royston en la batería. La expectativa fue tal que los boletos para el concierto gratuito que ofrecerían el 23 de junio en la Sala Grande del Teatro del Estado se acabaron en minutos.
Aunque todos los presentes sabíamos que sería una noche memorable, ninguno de nosotros nos imaginábamos que seríamos testigos de una noche histórica, una muestra del arte al más elevado nivel, donde las etiquetas desaparecen y sencillamente fue la música la que logró conectar a las miles de almas que comulgaron en esa liturgia pagana con los tres oficiantes. La entrega fue recíproca y a muchos nos ha llevado días digerir la experiencia.
Hoy les presentamos un pequeño fragmento de lo vivido en aquella velada, como una muestra de lo que el jazz puede lograr en una comunidad atenta: complicidad, empatía, correspondencia, comunicación, emoción, magia pura.
Espero que lo disfruten.
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