martes, 21 de marzo de 2017

UNA MÚSICA LENTA Y AZUL


Los dos primeros discos de la banda mexicana Real de Catorce marcaron un parteaguas en el ámbito de los grupos independientes que surgieron como remanentes del post 68. Jóvenes con una consciencia adquirida que expresaban sus sueños, anhelos y vivencias en canciones que abrevaron del blues, el rock, cierta raíz mexicana y un acercamiento muy particular a la poesía.

El foro Tlalpan, fundado por el cineasta y superochero Sergio García fue el catalizador de las inquietudes de muchos de estos jóvenes, algunos de ellos militantes de organizaciones sociales e incluso de los partidos Comunista y Mexicano Socialista.

Ese fue el caldo de cultivo del que emergió la figura de José Cruz Camargo, extraordinario letrista y poeta (que no son la misma cosa), voz cantante, guitarrista y armonicista de Real de Catorce. Al lado de Fernando Ábrego en la batería, José Iglesias en la guitarra líder y Severo Viñas en el bajo sentaron las bases para una de las historias más sólidas de la música popular en las postrimerías del Siglo XX.

Hoy recordamos cómo comenzó esta historia, escuchando los dos primeros discos de una banda que supo capturar como nadie la esencia de la noche, la soledad, el amor y la calle.







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