sábado, 2 de diciembre de 2017

MIL NOCHES PARA EL JAZZ


Dos versiones para una misma idea. Primero una entrevista para el portal de noticias Bopspots (http://bopspots.com/2017/11/30/a-oaxaca-le-encanta-el-jazz/) y luego un texto ampliado para el suplemento Cronos del diario local El Tiempo. A que les dejo el texto para su consideración.




MIL NOCHES PARA EL JAZZ
Apuntes y reflexiones sobre la labor de un periodista musical[1]
Oscar Javier Martínez

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Me pregunta la periodista e investigadora Estefanía Romero sobre las mil emisiones de mi programa El Sexto Continente[2], que se cumplieron la noche de este jueves 30 de noviembre. Estefanía es una joven periodista e investigadora que conocí en la cobertura que hice del 8º Festival Internacional JazzUV el pasado mes de octubre. Su trabajo es impecable, realizado con rigor y pulcritud y que viene a refrescar las formas de realizar periodismo sobre el género. Así pues, recibo de su parte un puñado de preguntas, la primera de las cuales inquiere: ¿A Oaxaca le gusta el jazz?

A ver, yo pienso y contesto: a Oaxaca le gusta mucho el Jazz. El pueblo oaxaqueño, conformado por indígenas de 16 pueblos originarios así como afrodescendientes y mestizos –sin olvidar a los extranjeros avecindados-, tiene una especial sensibilidad para la música. Existe una larga tradición de bandas de viento que se remonta a la época colonial. A partir de la segunda mitad del siglo XX, con la llegada de nuevos géneros musicales se establece en la capital oaxaqueña un reducido grupo de entusiastas que impulsan pequeños grupos de rocanrol y posteriormente el primer grupo de Jazz que se funda a principios de los años 70 al amparo de la Universidad. Cuando la ciudad se abre al turismo nacional e internacional a finales de los años 80 comienza un flujo de música y de músicos que enriquecen el paladar de los oaxaqueños. La información se multiplica con el ascenso de las nuevas tecnologías, especialmente el internet y las redes sociales.


 
En todo este tiempo nunca hubo muchos conciertos de jazz en la ciudad. Ha habido temporadas en que ciertos bares programan a músicos de jazz, pero luego pasa la moda y el improvisado escenario, casi siempre mal iluminado y pésimamente sonorizado es cedido a la trova, la salsa o el reggae. ¿Festivales? ninguno consolidado (¿Es el de Mazunte un festival de Jazz?) ¿Políticas públicas que apoyen mínimamente al jazz y sus hacedores? cero. Y sin embargo sí que hay un público constante que escucha música en distintos medios y plataformas, que está atento y responde siempre de manera abierta y generosa.

¿Y qué es lo más cool del jazz en Oaxaca? me inquiere la joven periodista e investigadora. La pregunta me hace sonreír y no dudo ni un momento para contestarle: sus personajes. En Oaxaca no existe una escena del jazz como tal, existen músicos que hacen jazz y de pronto existen lugares que se interesan por el jazz (aunque la mayor parte de las veces el interés es por todos los motivos, menos los musicales). En Oaxaca tuvimos a un Jorge Fernando Hernández, fundador del Grupo de Jazz de la Universidad; trompetista y pianista, compositor, actor, bohemio y trasnochador; nuestro “mito local”, muerto prematuramente, quien acuñó la expresión Yope Power con la que bautizó a su postrer banda. Como él existieron y existen grandes músicos que están por ahí dando la lata con sus proyectos. Eternos habitantes de la noche oaxaqueña, entrañables amigos, necios y locos con el instrumento a cuestas, la alegría a flor de labios y el mezcal en la garganta.
 
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Me pregunta Estefanía sobre el papel que juega la radio como medio de difusión para el jazz y aquí pienso que es importante hacer una diferenciación. En términos generales este papel es fundamental, ya que la radio sigue siendo un medio de alta penetración social. Sin embargo, en los escenarios de la sociedad mexicana actual su papel es absolutamente marginal. Quienes hacemos difusión del jazz en radio nos topamos con muchísimos obstáculos, algunos de los cuales parten de las propias direcciones de los medios, que no tienen la visión acerca de la importancia de generar contenidos de calidad para el público radioescucha. En la provincia muchos de los difusores del jazz no reciben ningún pago por su trabajo, quedando supeditados a una función de simples “colaboradores” sin ningún derecho laboral. Afortunadamente esto está cambiando poco a poco, gracias al tesón y la necedad de los propios difusores. También es cierto que de nuestro lado falta mucho por hacer, comenzando por una mejor profesionalización de la tarea diaria. Es imperativo pasar de ser simples aficionados o entusiastas del jazz que ponen discos a realizar una verdadera labor de periodismo musical que permita una difusión más asertiva de la rica y compleja cultura del jazz a nivel global, además de atender a lo que sucede con el Jazz en México.
 
En el año 2005 nos reunimos en la ciudad de Xalapa, Veracruz 44 difusores del jazz que laboraban en radio, prensa escrita y televisión. Aún no explotaba el boom de los portales en línea, que hoy en día han cobrado una importancia capital para la difusión del género, frente a la cerrazón de muchos medios tradicionales. La página www.bobspots.com que impulsa Estefanía Romero es un buen ejemplo de ello. Sin un seguimiento real de nuestra labor yo me pregunto, ¿cuántos difusores del jazz existen en México, que hacen una labor profesional y son remunerados económicamente por ello? Ojalá sean los más. Pese a las adversidades la labor del difusor del jazz  va ocupando poco a poco el lugar que le corresponde, ganándose el respeto y el reconocimiento de instituciones, promotores, músicos y público en general. Una buena muestra de esta labor lo es también el libro Atlas del Jazz en México, que muestra 63 experiencias históricas vividas en los 32 estados del país[3].

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Ante la pregunta: ¿Que te llevó a ser un periodista de jazz? Tengo que acudir a mis recuerdos más remotos. Mi padre fue fotógrafo y periodista gráfico, además de colaborador en la radio, así que algo me viene de herencia. Algunas veces, siendo muy pequeño, lo acompañé a alguna transmisión nocturna en las instalaciones de XEOA, Radio Oaxaca, una emisora fundada en 1956 que tuvo sus instalaciones en la calle de Macedonio Alcalá y que contaba con un inmenso teatro estudio desde donde se transmitían programas de aficionados y variedades. En esas visitas quedé fascinado por las enormes consolas, los micrófonos bruñidos y relucientes, las luces de colores, los cables, las cintas de carrete y sobre todo la magia de las voces que hablaban para miles de personas y ejercían una suerte de magia que a mi se me figuraba misteriosa y poderosísima. A los 15 años comencé a armar espacios juveniles en periódicos locales. Más tarde me dediqué de lleno al periodismo, como reportero, fotógrafo y coordinador de suplementos. En 1994 surgió la oportunidad de realizar mi primer programa para la XEUBJ, Radio Universidad y el embrujo de la infancia volvió a surgir. Seguí escribiendo esporádicamente en medios impresos pero me dediqué de lleno a la radio. En 1996 llevé a las instalaciones de la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión un proyectito para hacer mi primer programa de jazz. La CORTV la dirigía en aquel entonces el ingeniero Héctor Parker y la radio estaba a cargo de Estela Jurado. Con infinita paciencia escucharon mi cinta demo y acordaron contratarme para hacer ese primer programa que tenía un título horrible: Jazztuvo. Fueron 26 programas que realicé de esa serie. Al concluirla trabajé en la realización de un programa sobre poetas oaxaqueños llamado Taller que tuvo dos temporadas (la segunda dedicada a poetas latinoamericanos). En 1999 comencé con A todo Jazz y en 2002 eché a andar un programa diario (de lunes a viernes) llamado Noches de Jazz, de una hora de duración. 
A la par de éste realizaba un programa dominical llamado El Sexto Continente
En 2006, a raíz del conflicto magisterial la CORTV dejó de transmitir, luego de la toma de sus instalaciones por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y su posterior “liberación” a golpe y porrazo por la entonces Policía Federal Preventiva. Cuando la corporación volvió a funcionar los nuevos directivos me ofrecieron reinstalar el programa, pero sin pago. Hace mucho tiempo yo decidí que puedo brindar mi trabajo desinteresadamente si así lo decido, pero jamás trabajar gratis, así que dije gracias, pero no. Gracias. Volví en 2009 apoyado por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, quienes durante tres años fungieron como productores ejecutivos de la nueva etapa de El Sexto Continente que arrancó en marzo de ese año. Administraciones varias pasaron con más pena que gloria por la CORTV sin devengar un solo peso por la realización del programa hasta que en 2014, durante la gestión de Emilio de Leo se me otorgó un pago “simbólico” por seguir realizando la emisión. Lo acepté porque aunque de verdad es “muy simbólico” al menos se tuvo el gesto de reconocer una labor de años, y sobre todo acepté como un reconocimiento y un gesto de respeto al público radioescucha que después de todo este tiempo ya ha hecho suyas las transmisiones de El sexo contundente.

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¿Cómo vas a celebrar tu emisión número mil? me inquiere Estefanía y yo nomás suspiro. Ante el panorama de precariedad reinante no podré hacer ninguna celebración especial. Ni playera conmemorativa, ni cd de regalo ni concierto de aniversario… Voy a subir una pequeña selección musical al dropbox para obsequiarla a quien esté interesado y de hecho el contenido del programa mil tampoco ha de ser muy especial, tan sólo mostrar algunas grabaciones históricas del jazz en Oaxaca y sobre todo agradecer al público radioescucha que ha crecido conmigo no sólo en estas mil emisiones, sino a lo largo de 21 años de labor periodística en los terrenos del jazz. Desde el primer programa que realicé en 1996 siempre tuve claro que el objetivo era y sigue siendo la formación de públicos. Mi trabajo periodístico no le habla al aficionado al jazz, le habla a todo aquel que quiera conocer el mundo del jazz y sus contextos. Creo que algo se ha logrado cuando recibo mensajes y comentarios de gente que escucha mis programas; alguna vez se me ha acercado algún músico para decirme que descubrió los vastos horizontes del jazz sintonizando la radio. Esto me hace sentir contento y con muchas ganas de seguir adelante.

Así que por lo pronto me encasqueto un gorrito de fiesta, soplo una espantasuegras, arrojo confeti y celebro estas mil emisiones brindando con los músicos y sus escuchas, los verdaderos protagonistas de esta historia.



[1] Una primera versión de este texto se escribió para el sitio www.bopspots.com
[2] El Sexto Continente se transmite cada martes y jueves a las 22 horas por Global 96.9 FM, emisora de la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión. Además se retransmite los domingos en Universo Radio 94.9 FM, emisora de la Universidad de Colima y una vez al mes por Radio BUAP, 96.9 FM, emisora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
[3] Atlas del Jazz en México. Antonio Malacara Palacios, compilador. Secretaría de Cultura. 2016

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