domingo, 5 de julio de 2009

MI COLUMNA SEMANAL


SONORA PARED

EL DF, EL JAZZ Y JOSÉ EMILIO PACHECO


Oscar Javier Martínez


Para Luz María Coronel Esperón, In Memoriam



Por una de esas bendiciones de la vida he podido concatenar media docena de eventos afortunados en mi último viaje al Distrito Federal la semana pasada. Todos ellos llenos de magia y no exentos de reflexión. Los cito aquí no por impudicia sino más bien como un ejercicio de Fractales, en donde todo tiene que ver con todo para regocijo de nuestras almitas peregrinas.



1

El Doctor Brown y yo partimos al DF el jueves 25 para ensayar con Nine Rain, pues habíamos sido invitados a participar en uno de tantos homenajes que estos días se celebran en honor de José Emilio Pacheco. Tocamos, pues, el domingo 28 en los jardines del Centro Nacional de las Artes, al mediodía, en medio del calor y la humedad, compartiendo escenario con otros músicos y algunos actores que leían poemas del maestro. José Emilio llegó a saludar muy de mañana y tuvo que irse, pues le entregaban a la misma hora una medalla en Bellas Artes. Y aunque no nos escuchó, y quizás aún no lo sabe, la música de Nine Rain está muy cerca de su obra en las letras de Steven y de Alejandro, en la música, en el espíritu de esta banda que tampoco ama a su patria, pues su fulgor abstracto es inasible…[1]



2

El viernes 26, usando la vieja laptop de el negro -quien me hospeda y me soporta en las continuas estancias chilangas- me entero que Eugenio Toussaint dará un concierto con su Trío en el auditorio Alejo Peralta del Poli, por la tarde; así que media hora antes del recital me apersono con grabadora en ristre y consigo charlar una vez más con el maestro, de quien sigo su carrera hace ya varios años. Una buena oportunidad también para abrazar a Aarón Cruz y a Gabriel Puentes, bajo y batería de este potente ensamble, uno de los más sólidos de la escena. El trío se encuentra presentando el disco Oinos, que está inspirado en el vino y su cultura. Eugenio es un gran conocedor de vinos y siempre quiso maridar sus dos pasiones. Al fin lo consiguió con un álbum exquisito, sin fisuras, sofisticado y cálido.[2] Casi terminando la charla siento un toque en mi espalda; a mi lado está Edgar Dorantes, el joven gran pianista originario de Córdoba que, mira por donde, al día siguiente ofrecería un recital en la misma sala. Nos abrazamos para luego charlar brevemente. Edgar dirige ahora un importante programa educativo vinculado al jazz en la Universidad Veracruzana[3]



3

El sábado 27 sería un día de trabajo; ensayo y prueba de sonido para el show del día siguiente. Pero el periplo comienza bien, cocinando muy temprano el desayuno en la hermosa casita de doña Evelia en San Ángel, un vergel en medio de esta ciudad que parece fagocitarlo todo. Charlar con Yendi sobre los secretos de preparar una buena salsa, la pertinencia de tapar bien la olla express, la ciencia exacta que significa hacer omelettes con queso Oaxaca; pero también sobre la poesía, ese camino de frío que el autor habrá de recorrer solitario, pero no en soledad. Mirar libros en Gandhi y no tener dinero para llevárselo todo, o por lo menos aquél oscuro objeto de deseo que pesa como un ladrillo y cuesta más que un boleto de avión a Nueva York[4]



4

Nine Rain toca 40 minutos para unos cuantos cientos de personas, que escuchan con atención a esta extraña banda que mezcla temas instrumentales con canciones en inglés, español y náhuatl. Mientras desmonto mi set de percusión Ariane Pellicer y Roberto Sosa leen más poemas de José Emilio. Yo los miro y recuerdo mi único encuentro con el maestro, hace más de 10 años. Había venido a Oaxaca a leer en el IAGO y al final le pedí que me firmara su libro Fin de siglo. La dedicatoria reza: Para Oscar Javier, en este siglo y en el otro. Al final la premonición se cumple; otro siglo anda y el autor de Irás y no volverás aún anda con nosotros… por fortuna.



5

El domingo termina con un concierto de la Big Band de la Escuela Dim en el multiforo Ollin Khan. Joe D’Etienne dirige al grupo con mano firme. Excelente afinación. Grandes improvisadores. Arreglos vigorosos que hacen vibrar el recinto. Suenan con tremendo swing y por un momento me olvido que todos son estudiantes de música, aún no profesionales. El talento fluye y yo sueño con traerlos a Oaxaca, para que compartan experiencias con los músicos de acá, tan talentosos como ellos.



6

El colofón de la historia se escribe en un autobús AU, viajando de regreso con el doc Brown, bajo la lluvia de una tarde de lunes. Justo arriba de mí se está colando el agua; una gotera que no deja de manar; pero no importa. La música llena mi almita, Steven tiene una sonrisa en el rostro y unos asientos más allá dormita Yendi, que hace un viaje relámpago a su ciudad natal para despedir a su abuela.




…Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
sería de piedra.[5]





[1] Línea inicial del poema “Alta Traición” de José Emilio Pacheco

[2] Algunos temas del disco pueden descargarse gratuita y legalmente desde www.newmelodies.com.

[3] Para más información: www.jazzuv.com.

[4] El libro Jazz Life, de William Claxton y Joachim Berendt, editado por Taschen

[5] Fragmento del poema Contraelegía de José Emilio Pacheco

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