A veces, mientras platicamos, mi sobrina aún recuerda la anécdota de Mingus y se ríe. Hace muchos años, en un viaje al DF, fuimos ella y yo a una tienda de discos. Ella tendría unos 13 años y quería comprarse un cd, pero no sabía de qué. "Cómprate éste", le dije, y le hablé maravillas de un disco que en la portada tenía el rostro de un negro impresionante y su nombre repetido 5 veces. Ella en su inocencia dijo que si y lo compró emocionada. Al poco tiempo le pregunté si le gustaba "Si quieres te lo cambio por uno más bonito" le dije mientras esgrimía en una mano un cd de ¡Kenny G!
"Claro" dijo ella con su carita sonriente... Sin miramiento alguno le entregué basura y ella me dió oro puro...
A veces me arrepiento... Sólo a veces.
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