APELATIVOS

Estoy convencido de se puede definir a una sociedad leyendo los obituarios de sus periódicos o poniendo atención a los apelativos que usan los medios para referirse a sus personajes públicos cuando estos mueren. Así podemos darnos cuenta cuando una sociedad está inmersa en el marasmo de su propia medianía, o cuando ha sido hechizada por el carisma de unos pocos en detrimento de los muchos.

Tras la muerte de Steve Jobs, patrón de la multinacional Apple, las condolencias han llovido. Políticos, intelectuales, empresarios y opinólogos de toda índole se deshicieron en elogios. Hubo incluso quien calificó a Mr. Jobs como "El Edison del siglo XXI". Acaso estamos pasando por alto que este hombre era sólo una cara visible del corporativismo capitalista más voraz. Camuflado en su inagen de "genio de la tecnología", logró cambiar los hábitos de consumo de millones de personas, que hoy prefieren los productos de Apple por lo que representan -según ellos- y no por su calidad o funcionalidad. Jobs fue elevado a la categoría de semidiós por los geeks de todo el mundo y su legado relumbra como el oro. Quizás un día la historia nos enseñe quien fue realmente este hombre y su compaía, y la responsabilidad que tienen en la destrucción del planeta. Para los interesados les recomiendo el estupendo documental "Comprar, tirar, comprar" de Televisión Española. Se van a llevar una sorpresa.



Ah, y también murió Capulina. La televisión por supuesto se subió al barco y de "Mejor cómico de México" no lo bajaron. Descansen en paz ambos personajes.