Mulgrew Miller (1955-2013) |
Nacido
en Greenwood, Misisipi, el 18 de agosto de 1955, Miller puede ser
considerado como uno de los pianistas más sobresalientes de esa
generación al socaire del bebop, formada entre otros, por Kenny
Kirkland, Hilton Ruiz, James Williams y él mismo, todos ellos
fallecidos, curiosamente.
Criado en el
seno de una familia de aficionados a la música, Miller fue un niño
prodigio que a la edad de ocho años ya tocaba el piano. A finales de los
sesenta, con catorce años, obtuvo una beca de estudios de la Memphis
State University. Muy probablemente la influencia del gospel que
escuchaba los domingos en la iglesia baptista y su afición por la música
soul, le hicieron decantarse hacia el jazz. A principio de los ochenta
inició una carrera profesional como líder y con el paso de pocos años
participó en un gran número de grabaciones, entre las que cabe destacar
las realizadas con Art Blakey, Woody Shaw, Kenny Garrett, Tony Williams y
Joe Lovano, de cuyos grupos, además, fue miembro regular en un momento u
otro.
El pianismo de Miller es una elegante y equilibrada mezcla de la intensidad tyneriana y el gusto por estructuras modales, con el virtuosismo de Phineas Newborn, sobre todo en el uso de la mano izquierda y en la delicada pulsación. Miller supo formar con estos componentes un estilo original, aunando intensidad con delicadeza, todo ello reforzado por un agradable y suave perfume de blues.
En el recuerdo personal, queda la asistencia en el desaparecido Bradley’s neoyorquino, a un concierto en dúo entre Mulgrew Miller y Kenny Barron. Fue una noche de marzo de 1994. Mi mujer y yo, con Raúl Mao y María Antonia García, cenábamos a muy escasa distancia de los dos pianos de media cola ensamblados en aquel local mínimo, en los que Miller y Barron compartieron con nosotros el placer de tocar juntos.
Mulgrew Miller falleció en Easton, Pensilvania, el pasado 29 de mayo.
El pianismo de Miller es una elegante y equilibrada mezcla de la intensidad tyneriana y el gusto por estructuras modales, con el virtuosismo de Phineas Newborn, sobre todo en el uso de la mano izquierda y en la delicada pulsación. Miller supo formar con estos componentes un estilo original, aunando intensidad con delicadeza, todo ello reforzado por un agradable y suave perfume de blues.
En el recuerdo personal, queda la asistencia en el desaparecido Bradley’s neoyorquino, a un concierto en dúo entre Mulgrew Miller y Kenny Barron. Fue una noche de marzo de 1994. Mi mujer y yo, con Raúl Mao y María Antonia García, cenábamos a muy escasa distancia de los dos pianos de media cola ensamblados en aquel local mínimo, en los que Miller y Barron compartieron con nosotros el placer de tocar juntos.
Mulgrew Miller falleció en Easton, Pensilvania, el pasado 29 de mayo.
Vicente Ménsua
© Cuadernos de Jazz, mayo-2013
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